domingo, 6 de noviembre de 2011

Volví a casa de un viaje corto y no recordaba cuál era mi piso

He vuelto a casa muchas veces, pero nunca tanto como aquel día. El taxi me dejó a dos manzanas del portal y yo arrastré la maleta hasta la puerta mientras admiraba la calle en la que tengo un piso alquilado desde hace siete años.
Hay viajes de varios meses en los que tu barrio no cambia nada pero, a veces, te vas durante unos pocos días y dejas de reconocer las cosas más cotidianas.
Seguramente el problema es tuyo y no de las fachadas de los edificios. La ciudad es tu propio reflejo y, si tu cambias, ella cambia contigo.

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